La curiosidad mató al gato
Me tengo que obligar a escribir. Sabía que acabaría por no tener ganas pero no creí que fuera tan pronto. Me ha durado el gusanillo 1 semana exactamente. Es un poco triste porque ultimamente cambio de "terapia" más que de camisa.
En mi defensa diré que la semana no ha sido propicia para seguir con la ilusión de mantener este blog. Ha sido una semana extraña. Ha tenido sus días muy buenos, sus días no tan buenos y su día horrible. Afortunadamente ha acabado bastante bien.
Ha tocado disfrazarse otra vez este fin de semana (y van.....). He de reconocer que ya no aguanto las marchas como antes. Cuando los carnavales eran realmente una fiesta de todos y para todos, antes de que estuvieran en manos de unos pocos ("antes del impero" que diría Obi-Wan), me pegaba 7 mogollones con un asadero en medio como si nada. Ahora salgo un sábado y estoy arrastrándome hasta el miércoles. Eso si, debo reconocer que fue una marcha agotadora (meterte en el papel de un asesino en serie consume mucha energía). A falta de farolas decidí recordar viejos tiempos y pegarme unos bailes encima de un contenedor de basura...... conclusión: aún tengo agilidad para subirme templado a sitios altos cargado de trastos.
En fin, ya sólo quedan los de Telde la semana que viene. Aunque en principio tengo ganas de ir, veo en el horizonte un plan alternativo que puede ir ganando puntos a lo largo de la semana: volver al infierno en el que viví en soledad durante 2 semanas...... pero acompañado. Terapia de choque. He optado por eso, situaciones desesperadas requieren medidas drásticas. Y si sale bien, no será la última (y se que va a salir bien). Pero vamos poco a poco y adaptándonos a lo que venga. Dejando que la vida nos sorprenda, con lo bueno y con lo malo. A veces es mejor eso que saber demasiado.....y yo empiezo a saber más de lo que querría.
Una frase: "En la amistad y en el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber", William Shakespeare
Escuchando: "Shambala", Three Dog Night
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